viernes, 15 de enero de 2010

Adiós, amor. Hola, ex-amor

Escribirte es el precio que prefiero pagar por no estar en este momento a tu lado. El reloj ya dio las doce hace unos minutos y el año pasado ha quedado atrás. Feliz Año Nuevo, Mouton. Apuesto que en un par de días saldrás a reprocharme el no haber estado contigo en Año Nuevo, quizá también te tengas guardado el no haber estado juntos es Navidad. Cómo cambian las cosas, ¿no? Pensar que el año pasado me moría por estar a tu lado en esos dos momentos y tú estabas tan lejos; pensar que ahora estás tan cerca pero que te siento igual de lejos. No hay peor forma de extrañar a alguien que estar sentado a su costado y saber que nunca lo podrás tener, ¿no? Pues escribirte es el precio que prefiero pagar, antes de dejar que el orgullo le gane a mi corazón y me ciegue, antes que no quede la más mínima huella que diga que en algún momento de mi pasado te quise.

La razón por la que escribo es simple: Acabó un año, acabó un plazo; un plazo ficticio, un salvavidas improvisado para seguir respirando hasta poder reunir las fuerzas necesarias para decidirme a empezar de nuevo a vivir. I'm tired of being taken for granted. Estoy cansado de que pienses que estaré toda la vida esperándote, viviendo de las migajas de cariño que estás dispuesta a dejar detrás tuyo para que te siga. I remember the days when I was so eager to satisfy you and be less than I was just to prove I could walk beside you. Now that I’ve flown away I see you’ve chosen to stay behind me and still you curse the day I decided to stay true to myself . Si tuviera que dedicarte alguna canción, podría ser ésta. Es más, la estoy escuchando precisamente ahora.

Adiós, amor. Hola, ex-amor. Déjame presentarme. Estoy seguro que dirás que no me conoces, que no soy el mismo de antes, que ya no te quiero. Me llamo Raúl Oswaldo Villavicencio Takey. Me decías «mouton» hasta hace unas horas. Ahora puedes empezar a llamarme como quieras. Tienes razón, ya no soy la misma persona de antes. Soy una persona solitaria y apacible obscesionada con ser feliz. He decidido salir al mundo exterior a buscar mi propio paraíso, solo. Me parece injusto que te abra las puertas de mi vida de par en par y que te invite a tomar un té y a tomar asiento y que prefieras quedarte en la puerta nomás, no vaya a ser que te arrepientas y puedas salir corriendo más rápido. No es justo ser parte de tu vida entre paréntesis, como una parte que está ahí, pero que está entre paréntesis y que al final está entre paréntesis porque no es importante. Yo suelo salir con determinadas amigas siempre cuando me canso de salir solo, cuando necesito conversar porque no puedo resolver mi vida solo. Me da la impresión que tú ya empiezas a salir con otras personas por curiosidad, por querer conocer otras personas y quizá encontrar los complementos que te faltan. Ahora alguien debe tener su mano derecha a la altura de tu cintura sobre el vestido morado que te regalé y que esperaba que utilices conmigo. Ahora que lo pienso, aún me debes un regalo que nunca te dignaste a darme. No, no me he vuelto materialista ni nada... Como tú misma dices, son los detalles lo que importa, ¿no? También son los detalles lo que duele.

Es simple... ¿sabes por qué no me molesto en reclamarte las cosas? Porque una vez que te las reclame, las harás sólo porque te lo dije. Si te digo lo del regalo, probablemente te inventes una excusa y me lo des en unos días. Si te digo que no me has agregado a tu Facebook en casi dos meses, probablemente mañana me llegue una solicitud. Si te digo que no tengo contacto con tu vida salvo por el tiempo que pasas en mi casa, ¿qué harás? ¿empezarás a salir conmigo y con tus amigos? ¿empezarás a incluirme en tus planes? Hasta ahora vengo esperando y nada. Si te reprocho que me niegues cuando te llaman por teléfono y que digas que estás con una amiga cuando en realidad estás conmigo, ¿qué harás? ¿Empezarás a decir que estás conmigo o empezarás a no-contestar el teléfono? Tengo miedo de saberlo.

Me he estado preguntando algo estos últimos 5-6 meses: ¿cuál es tu marca en mi vida? ¿cuál ha sido tu contribución a mi vida? He aprendido a ser mucho más paciente que hace un par de años atrás, pero no estoy seguro de que eso sea una contribución, sino algo que tuve que aprender forzosamente para no resultar herido. Me pregunto qué es lo bueno que has hecho en mi vida y no puedo hallar una respuesta concreta. Lo único que puedo rescatar es que a pesar de todas las cosas, problemas, distanciamientos y peleas que hemos tenido, a pesar de tenerte en mi vida sin que hayas hecho algo en particular para ganarte el lugar que tienes en mi corazón, lo único que puedo rescatar es que te sigo queriendo. Curioso, ¿no? Creo que al final sí aprendí algo valioso, aprendí a querer sinceramente a alguien, no por quién pueda ser, no por quién pueda llegar a ser, no por las cosas que me dé, no por las cosas que me diga. Aprendí a querer porque sí, porque me nace. Aprendí a querer, a perdonar y a dar oportunidades, pero todo tiene un límite.

A pesar de quererte, no voy a esperarte toda la vida. Te dije que no quería esperar a que toooodoooo fuera perfecto para recién estar contigo e intentar que funcione. Me arriesgué y te dije que quería pelearla contigo, esforzarme contigo si te quedabas a mi lado. Y sin embargo todavía sigues en la puta entrada de la puerta, sin entrar a pesar que te he invitado a sentarte y tomar té. Está bien, quédate ahí si lo prefieres, pero yo cerraré la puerta. Ya empezó a entrar el aire y se está poniendo frio aquí adentro, el aire empieza a entrar cada vez con más fuerza y a desordenar mi casa, mi paz interior. Pero ahora que te digo que voy a cerrar la puerta, ¿¿que harás?? ¿¿Ahora sí vas a querer entrar?? No, no te voy a decir que voy a cerrar la puerta. Simplemente no lo haré y esperaré a que te des cuenta. Espero que cuando te des cuenta yo ya esté lo suficientemente tranquilo como para decirte las cosas sin herirte. No te diré nada y esperaré que pasen los días. Si no te saqué de mi vida es porque esperaba que me dieras el mínimo de confianza necesaria para decidirme a quedarme a tu lado. Si no te saco de mi vida ahora que el plazo ha vencido no es porque sea cobarde o porque aún guarde esperanzas. No te saco de mi vida porque no eres una mala persona, tampoco has hecho nada malo como para sacarte de ella. Que haya vencido el plazo significa que no seguiré esperándote y que no seguiré soñando con que volveremos. Si en vez de solamente hablar hubiéramos hecho algo por arreglar los problemas y las diferencias, no habríamos dudado. Que el plazo haya vencido significa únicamente que hoy se levanta un muro que sentimentalmente no deberemos cruzar nunca. Probablemente, como dice la cancion, maldigas este día en el que tomé mi decisión sin consultarte y probablemente me odies. Puedo vivir con ese peso, pero no puedo vivir con el peso de la incertidumbre, no puedo seguir creyendo que hago el amor contigo y que me digas que es sólo sexo y que es algo que no te gustaría perder a pesar que los sentimientos se vayan al infierno progresivamente. Quizá no fui suficientemente valiente para poner un parche desde el inicio, pero tenía miedo que decirte no hiciera que te alejes y que después ya no se pudiera arreglar nada. Ahora me doy cuenta que debí ser más valiente. Esto es lo máximo que puedo esperar, lo más bajo que puedo permitir que llegue nuestra relación antes de empezar a verte como un simple adorno en mi vida cuando lo que yo en verdad quiero es un apoyo en mi vida.

Si te escribo, es simple saber por qué te escribo: Porque después de mucho tiempo he tomado al fin una decisión y porque no hay marcha atrás. Te escribo porque ya no importa si te lo digo o no, no importa si lo sabes o no porque, hagas lo que hagas, por primera vez en mi vida, estoy decidido a no cambiar de opinión, a mantenerme firme. No me importa lo que hagas, si desapareces o no. Si te das la vuelta y te marchas, no iré detrás tuyo y si me haces daño como cuando te fuiste a Francia, te sacaré de mi vida como lo hice con Midori o con otras personas sin dudar. Si te quedas, en buena hora, no sentiré que dos preciados años se van al tacho. No te guardo rencor ni resentimientos. Te quiero y bastante, pero la decisión ya está tomada y apreciaré mucho que te quedes y valoraré tu amistad, lo poco o mucho que me la des y seré directamente recíproco.

Quizá esté equivocado y quizá en tu lado de la historia tengas muchas cosas que reprocharme, pero según yo, hoy, lo único que puedes reprocharme es haber tomado esta decisión sin cosultarte. ser egoista. Mucho gusto, mi nombre es Raúl Oswaldo Villavicencio Takey. ¡Feliz Año Nuevo! Espero que todos tus anhelos se vuelvan realidad este año y que, sobre todo, te esfuerces por cumplirlos. Yo haré lo mismo.

01/01/2010 6:14am